Pienso en las innumerables veces que he caído, en las que me la ha jugado el destino, en las que he huido y he dejado atrás todo por lo que luche.
Y si me preguntas si he llegado a sentir miedo en este camino, te responderé que sí al fin y al cabo eso es vivir. Caer y sentir. Me he encontrado acorralada por paredes que aparecieron de la nada, y aún me cuesta un poco saber a donde voy pero supongo que eso es simplemente lo que soy. Me sobrecargo intentando aparentar una capa segura, de eterna felicidad, pero aveces me miro en el espejo y no me gusta demasiado lo que veo, siento que soy una luchadora pero no una ganadora. Puesto que he perdido mil y una batallas, en las que lo que me ha mantenido viva es la fe y la esperanza. Y es que me iba descomponiendo a cada puerta cerrada que pasaba, iba temiendo a no amanecer en el alba , y podría estar aquí enumerando miles de cosas, que no llegarían a nada.
Pero os doy mi palabra, que aunque se me hayan estropeado mis alas, siempre conseguiré sacar una sonrisa de alguna parte y volar lo que me queda mirando al frente y pensando en el forever.