viernes, 11 de marzo de 2011

Capítulo 2: Una nueva vida, un antiguo atardecer

Estuvimos un rato hablando, la chica era muy simpática, me dijo que se llamaba Eva Mandess y que vivía allí desde que nació. Me contó varios detalles de su vida yo sonreía y asentía. Lo que más me fascinó de ella fue su peculiar afición por la guitarra. A mi me encanta la música. Ella me contó de varios grupos musicales , pero yo, no tenía ni idea de que me hablaba y ella lo notó.
- ¿Qué no sabes quien es Michael Jackson? Tu de donde vienes , ¿de Marte? Dios mio, Elenna, eres un poco...
- ¿Rara? Sí, ya... es que, ultimamente en mi vida han habido... demasiados cambios.
- ¿Se pueden contar?
- Mas adelante - dije sonriendo .
No me apetecía hablar de ese tema, sobretodo cuando lo tenía tan cerca estos días. Eva y yo hablamos un rato, hasta que ella se despidió porque tenía que irse a casa. Miré en un reloj que ya eran las 3 y decidí ir a casa. Mientras andaba y miraba por todos lados, me tropecé con alguien. Que se le cayeron los miles de papeles, libros etc. Que llevaba.
- ¡ Lo siento mucho!  -dije recogiendo sus libros del suelo- No miraba por donde iba, perdón... yo...
Alcé la vista y vi a un chico muy guapo con los ojos verdes y el pelo bastante negro, el sonreía y yo no pude evitar forzar una sonrisa tímida.
- No pasa nada, mujer, de todas formas los pienso quemar cuando termine los exámenes que tengo después del puente...
Yo me reí.
- ¿Eres de por aquí? Jamas te había visto.
- Em... sí, soy nueva...
- No te preocupes enserio. - dijo guiñándome el ojo
El lo recogió todo.
- Suerte con tus exámenes.
- Gracias, suerte con tu prima Valeria. -Dijo alejándose.
- Gracias la necesito...
Me quedé pensando.... Yo no le había dicho que viviera con Valeria, me giré y ya no le vi. Me lo estuve preguntando todo el camino, aunque cada vez que recordaba sus sonrisa, no podía evitar sacarla yo también. Cuando volví a casa, vi como Valeria había dejado una nota que ponía
Cerebro de Einstein, ¿Qué es eso de irte a la aventura tu sola?
Deberías pensar antes de actuar, por cierto, yo me voy a comer por ahí.
Vale... Me tenía que apañar yo sola...
Bueno, si queréis saber como salió mi primera experiencia como cocinera....
-¡Elenna! ¿Qué narices has echo con la cocina? - gritó Valeria.
¡No le fastidiaba! Había sido ella la que me había dejado abandonada a mi suerte! Y es que mientras yo seguía las instrucciones de el libro de cocina se había ido incendiando el horno porque no le puse al tiempo que hacía falta, entonces me di cuenta, y como estaba lavando unas verduras sin querer estire y rompí el grifo que lo dejo todo perdido de agua, y por si eso no fuera poco, me tropecé y se me cayó un paquete de harina. Fue en ese momento en el que apareció Valeria , con la boca abierta, que enseguida dio paso a un gesto de enfado.
Me quedé un momento callada, me di cuenta de que el agua apago el incendio del horno a tiempo para que Valeria no lo hubiera visto, pero aun así todo estaba lleno de harina y agua , formando una pasta pegajosa que se aderio a mis pies, en ese momento no sabía que decir y me dediqué a balbucear palabras...
- Yo no quería.... es que.... yo... -dije con voz entrecortada
- Por culpa de la lista, ahora me echaran las culpas a mí pero... ¿Yo que he hecho para merecer esto? No entiendo nada, todo me pasa a mí, me tengo que quedar con la princesita y estoy practicamente atada. ¿Qué acaso no puedes hacer nada sola?
Me quedé callada. En ese momento oí una voz masculina que provenía del comedor. De repente apareció un chico rubio y con ojos verdes, tenía varias pequitas pequeñas distribuidas por la nariz y las mejillas , que le daban un toque gracioso. Parecía tener 15 o 16 , tal vez tuviera 16 como Valeria y yo.
- ¿ Quién eres tú? - dijo con tono despectivo
- Es una amiga que se ha quedado a vivir aquí por un tiempo, pero cocinar no es lo suyo- dijo mirándome con mala leche.
 Hice una mueca y contesté...
- Mujer, si jamás lo he echo pues, como veras sera difícil !
- Esta- refiriéndose a mí- Es de las típicas de esas pijas, que no han echo nada en su vida no? - dijo el chico
No lo conocía bien, pero lo estaba odiando. Sí el supiera lo que me he sacrificado por todo el mundo, y por todo... sí el me conociera realmente no halaría de eso. Sentí mucha rabia, pero me controlé. Pero desgraciadamente pensé en ellos, mi familia, Mimo , Adelaida ... Cogí la fregona y empecé a fregar el suelo con ella y me quede callada. Antes puse el grifo.
Valeria y el niñato odioso/idiota/asqueroso... se fueron a la calle. Cuando ya lo hube limpiado todo me di cuenta de que aún no había comido... Pero ya no tenía nada de hambre y me quedé completamente dormida en el sofá.
Miré por la ventana y vi como iba atardeciendo, recordé como desde mi casa los veía y no me parecían nada especial, pero ahora sí, eso era el único lazo que me unía con mi anterior vida.

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