Sinceramente, nunca fui el tipo de chica que cree en el amor. No creía en cupido, en san valentin, todo sentía como si fuera una estupidez inventada por el consumismo, para hacernos comprar miles de cureserias horteras para la persona a la que "amamos"

Pero poco a poco, me fui dando cuenta que alomejor si que merecía la pena. Porque cuando tienes delante a esa persona especial sientes como si todo el mundo entero dejara por un minuto de girar, sientes como si todo tuviera un color más bonito, más brillante. Y te das cuenta que de sin ese momento especial, en el que notáis que algo nuevo esta ocurriendo,  nada sería igual. Por fin tus palabras riman, por fin vuelves a soñar, porfin empieza un nuevo despertar, junto a esa persona que no quieres que te deje jamás.