domingo, 22 de mayo de 2011

Es curiosa la forma en que aparece nuestra naturaleza más infantil cuando tenemos miedo. Desde pequeños, nuestros fantasmas, nos persiguen en las noches en las que sufrimos sin ninguna razón. Tal vez por la presión, o tal vez por nada en concreto tan sólo pequeños segmentos. Eso pensaba Eli mientras estaba tumbada en la cama de su habitación , todo estaba oscuro, tan sólo seguían brillando las pequeñas estrellas fluorescentes que cuando tenía 6 años su padre y ella las habían pegado al techo para ahuyentar a los monstruos que se escondían en el armario y los que esperaban impacientes que la oscuridad rodeara el cuarto. Era curioso como veía que esos monstruos andaban por las calles cada día, pero aquellas veces no podía salir corriendo, aunque no quisiera debía compartir oxigeno con seres sin corazón, preocupados demasiado por lo que piensen los de su alrededor.
Vivir sin miedo a soñar,
contando sonrisas que se asoman al pasar.

1 comentarios.:

Alba dijo...

Muchas gracias por seguirme(LLLL)
besiiitos.

atte; http://historiasdeunasolitaria.blogspot.com/

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