Desde pequeños nos han dicho que soñar era divertido y que lo podíamos hacer siempre que quisiéramos, que la imaginación nos abría fronteras que los hombres implantaban. Pero cuando te haces mayor lo vas viendo como una idiotez, soñar con un mundo que claramente no hay y soñar con cosas que jamás tendrás. Visto así lo parece, pero no es ninguna tontería y menos una estupidez, eso nos abre las puertas para saber que camino coger.

¿Soy a la única que no le iba el blog? Ahora por fin me va !

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