jueves, 21 de abril de 2011

He aprendido a tomar los buenos momentos, y usarlos de escudo cuando sienta que la oscuridad puede con la luz, y sonreír como si fuera el arma más poderosa que tengo.
También a hacer caso omiso a lo que las paredes vacías dicen sobre mí.
A disfrutar de un domingo sin hacer nada.
A no contar el dinero como la causa de la felicidad.
Y sobretodo ha ayudar a los que lo están pasando verdaderamente mal.
Por que en mi cara en alguna situación pueden llegar lagrimas, pero esa situación para ellos es su vida. 
Casi todos los malos momentos me han pasado cuando he sido tan cobarde de dejar de ser yo, porque cuando sabes quien eres realmente se abren cientos de caminos, que antes no podías ver en el sol.
Por que en esta noria, debes arriesgarte para no marearte.

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