jueves, 14 de abril de 2011

Capítulo 2: Un nuevo hogar

-Es abajo, sigues un pasillo en recto y te llevara a una gran aula. Ahí es el salón principal.
-Gracias...
No me apetecía demasiado conversar, y ha ella tampoco le apetecía demasiado hablar conmigo. Osea que me quedé callada. Miré el reloj de la habitación eran las 8 menos cuarto. No me apetecía bajar así que me tumbé en la cama. La chica se me quedó mirando anonadada y dijo:
-Debes bajar …
-¿Quién me obliga? - respondí un poco cortante
-Los profesores …
-Sí de todas formas quiero largarme de aquí. Ojala me expulsen …
Ante mi contestación la chica se quedó callada, creo que yo le infundía un poco de miedo.
-¿Por qué acaso tienes miedo a lo que pueda pasar?
Había acertado. En realidad, no me quería quedar no por mí sino por el miedo a lo que les pudieran a hacer, o el miedo a encariñarme con todo aquello. Tenía miedo de que la historia se repitiera una y otra vez. Me quedé mirándola y dio un brinco.
-¿Te doy miedo? - dije poniendo una sonrisa
-No, bueno... no es miedo, es que... yo... yo soy tímida, además la gente no para de hablar de ti y eso... bueno … osea... yo...
Te doy miedo.
Ella se rió. Tampoco quería hablar mucho con ella, pero no quería infundir miedo a nadie. No me podía permitir tener amigas, ni chicos guapos a los que saludar, ni nadie a quien amar. Debía mantenerme distante, osea que al salir de aquella habitación me fui directa al pasillo. Fui bajando escalones etc. Hasta que llegué al salón principal. Perfecto. Todo el mundo estaba sentado en mesas de 4, a lo lejos vi que había una mesa sola y decidí ponerme en ella. Que error. No sabía que hacer, no había nadie comiendo, tan solo hablaban. Yo no sabía que hacer estaba allí sentada, quieta y pensativa . Hasta que noto como alguien me toca el hombro.
Me giró y veo muchos chicos, en la cabecilla ( el que me ha tocado el hombro) era bastante bajo y un poco gordo, tenía los ojos azules y el pelo castaño. Tenía una expresión que no me gustaba nada en su cara. Me iba a echar , seguro.
-Eh tu, por que acabes de venir no tienes derecho a acaparar nuestra mesa- dijo con tono de superioridad.
-Y si no, ¿qué?
Se quedo pensando, creo que nunca se planteó esa pregunta. Creo que nadie la contestó nunca.
-Por que yo lo digo, vete pringada.
-¿Por que tu lo digas? Que pena, no es un buen argumento. Lo siento. -dije eso mientras me sentaba
-¿Eres idiota?
-No soy tú, perdona.
-Quítate , estoy siendo bueno contigo, vete ya.
-Déjame pensarlo, no.
-Eres una maleducada.
-Y tu un gordinflón y no digo nada.
Notaba como la gente empezaba a venirse hacía aquí. ¿Dónde me llevaría esto?
No tenía miedo, en realidad me preocupaba él. Sí me hacía enfadar …
-Que te vayas.
Noté como la oscuridad iba avanzando. No podía permitir que pasar, no podía, al menos otra vez no.
-Bueno, vale, toda para ti -dije gruñendo un poco.
Y me marché. Lo dejé anonadado , y por la expresión de su cara que paso de sorpresa a “yo soy el mejor”, creo que luego converso sobre como me había plantado cara o algo así, tampoco lo oí demasiado bien.
Vi como la misma chica de la habitación de antes, buscaba un sitio en el que sentarse, pero todos estaban ocupados , me visualizó, pero parecía aterrare la idea de sentarse a mi lado. Se notaba como sus ojos se movían rápidamente, no había otra opción tenía que sentarse al lado mio, todas las demás mesas estaban ocupadas.
Se sentó y dijo un hola casi como un susurro. De repente la profesora Pilcaten, apareció en escena, todo el mundo la miró . En realidad tenía una expresión alegre en su cara, tenía el pelo largo y liso, lo llevaba recogido en una coleta baja, sus ojos verdes parecían casi grises. Tenía una nariz pequeña y vestía con un traje negro muy formal, como el de una empresaria. Me miró, y enseguida mostró una gran sonrisa en su rostro.
Solo quería comunicaros, que dentro de poco habrá el concurso para la semana cultural, espero que todos participéis... Todos- dijo mirándome.
Le respondí con una mueca de desagrado y me centré en la cena de mi plato.
-Por cierto, hoy, por fin, tenemos una nueva incorporación...
Absolutamente todo el mundo se giró hacía mí, yo seguía admirando la interesante vida de un guisante verde, siendo pinchado y despinchado de mi tenedor.
-Natasha.
-¿Qué? - respondí casi como un gruñido.
-Piensas quedarte?- dijo Pilcaten
-Mmm... me lo pensaré – dije con cierto aire de misterio en mi voz
Pero ella sabía perfectamente lo que significaba eso, y sus ojos brillaron. Tampoco esta tan mal este sitio pensé esbozando una pequeña sonrisa, que hizo sentirme bien, hacía demasiado tiempo que no notaba una sonrisa en mi cara.

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