viernes, 20 de julio de 2012

Aún recuerdo la soledad del lugar. Sentía un gran desplazamiento de todos, me sentía aprisionada en mis propios pensamientos pese a que estaba en medio de la fiesta y supuestamente había ido para olvidarme de mis demonios.
Entonces apareciste. No sabía quien eras,yo jamás había visto unos ojos marrones tan sinceros y una sonrisa tan pícara. Me cautivaste con esa luz propia tuya, con tus comentarios ingeniosos, tus rápidas contestaciones , tu forma de ser simplemente hizo que mi corazón comenzara a abrirse pese a la sombra que se había tendido sobre él recientemente. Hiciste que encerrara toda la tristeza en un rincón apartado de mi mente, haciendo que disfrutara de una forma especial aquella noche. Pronto supe que ibas a ser la persona más divertida de todas, hiciste que el mundo pareciera un verdadero hogar gigante y por eso... gracias.
Pasé todo el camino hacia mi casa esperando volverte a ver algún día más. Espero que me recuerdes, espero que el recuerdo de aquella graciosa noche bombardeé en tu mente como lo hace en la mía, pero espero que recuerdes la gomina y el coche. 
Me gustaría que supieras que siempre agradeceré al cielo por haberte enviado en el momento adecuado, cuando yo sentía que mi pena comenzaba a comerme y no encontraba ningún motivo para pasar un buen momento. Gracias por haber estado ahí. Espero que en Madrid haga buen tiempo y confío en que tu brillo jamás se apague. Te espero aquí. 

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